Reflexiones de una tarde de septiembre

Los últimos años nos hemos dado cuenta, que nuestra salud mental es fundamental para poder afrontar nuestro día a día. Cada vez el mundo parece que gira más veloz. Se exige rapidez, respuestas inmediatas, trabajos terminados en tiempo récord, horas extra en el trabajo, más horas extra en el hogar, porque a la famlia también hay que atenderla. Por todos lados parece que nos tenemos que dividir en mil, para poder atender todos los frentes abiertos. Para poder encajar y afrontar bien esta vida tan “inmediata”, es fundamental tener paz mental, ser capaz de analizar cada situación y darle prioridad a lo realmente importante. Y siempre me gusta recordar, que lo más importante somos nosotros mismos. Si no nos cuidamos nosotros y nos ponemos en primer lugar, es difícil atender a todas esas exigencias como es debido.
A veces hay que tener valor y hay que saber decir que no. Incluso cuando ya nos hemos comprometido con algo, si al final vemos que no nos aporta, no nos suma y no nos llena de un mínimo de alegría o recompensa, no tenemos que “aguantar” situaciones por puro compromiso.
El estrés en el trabajo o los estudios, las obligaciones financieras, el cumplir con la familia y las amistades…todo suma para que en algún momento podamos explotar.

Para llevar estas situaciones con mayor facilidad y sosiego, siempre puedes recurrir a infusiones relajantes como la melisa, la tila, pasiflora o valeriana o suplementarte con productos que contengan magnesio, triptófano, Vitaminas del grupo B, plantas adaptógenas como la rhodiola y la ashwagandha o neurotransmisores como el GABA.

También podemos usar aceites esenciales en nuestras rutinas diarias, como la lavanda, el cedro del atlas, la mandarina o el naranjo amargo, entre otros, que trabajan la tensión nerviosa y la ansiedad.

Realizar meditaciones con un incienso que nos aporte paz y calma en combinación con música que nos induce a la serenidad, es otra forma de encontrar tranquilidad.

Incluso un preparado de Flores de Bach, que puedes solicitar en nuestro herbolario, ayuda a equilibrar nuestras emociones.

Todo esto son pequeñas ayudas, que nos sientan muy bien para volver a encontrar ese equilibrio emocional, que tanto anhelamos.
Y simplemente dejar balancear el alma, sin ataduras y sin exigencias…


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